sábado, 3 de septiembre de 2016

Mitología Nórdica - Yggdrasil

El mundo de los hombres se llamó Midgard y para que los hombres no se sintieran solos, en su centro se creó el mundo de los ases: "el Asgård", en cuyo centro crecía un gran fresno llamado Yggdrasil.

Junto al fresno Yggdrasil tienen los dioses su tribunal. Este es el mayor de todos los árboles, sus ramas se extienden por todos los mundos y llegan al cielo. De las tres raíces del árbol, una llega donde los ases, otra donde los Gigantes de Hielo, allí en el antiguo Ginnungagap, y la otra en Nifelheim. 
Bajo esta raíz está la fuente Hvergelmir, allí Nidhogg la serpiente mordisquea las raíces. Bajo la raíz que va a donde los Gigantes está la fuente de Mimir, que oculta la sabiduría y el conocimiento.
Mimir bebe de esta fuente con el cuerno Gjallarhorn, y de ella dio a beber a Odín, quien dio en prenda uno de sus ojos a cambio de la sabiduría.
La tercera raíz está en el cielo, y bajo ella está la sagrada fuente de Urd.
Allí está el tribunal de los dioses, y cada día cabalgan los dioses cruzando el Bifröst. 

En una hermosa sala viven tres doncellas, las Nornas, Urd, Verdandi y Skuld (pasado, presente y futuro), que modelan el destino de los hombres. 

Hay nornas de los elfos, de los hombres y de los enanos. Un águila sabia se sienta sobre las ramas del fresno, y sobre sus ojos hay un halcón que se llama Vedrfolnir. 

La ardilla Ratatosk sube y baja el fresno y lleva habladurías entre la serpiente/dragón Nidhögg y el águila.
Cuatro ciervos comen junto al fresno: Dain, Dvalin, Duneyr y Durathror. 

Hvergelmir está llena de serpientes, y en la fuente de Urd, con la que las nornas refrescan sus raíces para que no se pudran y cuya agua vuelve a todo lo que toca transparente como la clara del huevo, nadan dos cisnes.

Del rocío de Yggdrasil se alimentan las abejas. El concepto del árbol cósmico, el eje del mundo, se halla por doquier en las mitologías, y en este caso de la nórdica se expresa con especial fuerza, procedente de los indómitos bosques del norte de Europa y de toda la cultura celta/nórdica desarrollada alrededor de la sabiduría del árbol y su simbología para chamanes y druidas.

El gigante Narfi, que habitaba en Jötunheim (Jötum = gigante en el idioma nórdico) fue el padre de Nott (noche), negra y oscura. De Naglfari tuvo a Aud. De Annar a Jord, la tierra. de Delling (brillante), de la estirpe de los Ases tuvo a Dag (Día), luminoso y bello. Odín les dio caballos para que recorrieran el cielo. El de Nott se llama Hrumfaxi y humedece la tierra con su espuma de bocado (rocío) y el de Dag se llama Skinfaxi e ilumina el aire y la tierra con sus crines.


Un hombre llamado Mundilfaeri tuvo dos bellos hijos Luna (el chico) y Sol (su hermana). Ésta casó con un hombre llamado Glen.
Los dioses irritados los pusieron en el cielo como conductores de los carros del sol y de la luna, chispas de Musspell.
Los caballos de Sol se llaman Arvaki y Alsvidr y son refrescados por las fuelles isarnkol. Luna tomó de la tierra dos niños, Bil y Hjuki, que salieron de la fuente Myrgir llevando la cuba Saerg y la pértiga Simul. Vidfinn se llama su padre. Estos niños se ven aún desde la tierra. Los carros celestes son perseguidos por los lobos Skoll y Hati. son hijos de Hródvitin y de Gyg la giganta, de cuya estirpe de hechiceras, las Jarnvidur, nacerá Managram, el lobo que se tragará la luna.

En Asgård tenía Odín su casa llamada Valhalla, donde vivían los guerreros vikingos muertos (Einherjerne) y las valquirias. Las valquirias eran las vírgenes guerreras o espíritus de guerra de Odín, y las que llevaban a los guerreros muertos a Valhalla. Valhalla tenía 540 puertas y todas tan grandes que podían entrar 800 hombres a la vez. 

Su techo estaba cubierto de escudos dorados, encima de los cuales caminaba la cabra Heidrun. Heidrun comía las hojas de Yggdrasil y de su ubre caía la hidromiel que bebían los guerreros.

Todos los días los guerreros de Valhalla salían al campo de batalla, aunque ahora sin que les ocurriera nada. Si se les caía un brazo o una pierna, las valquirias lo arreglaban por la noche. 

Después de la batalla venía el gran festín con mucha comida y bebida.

Valhalla era una especie de paraíso para los guerreros, algo que les quitaba el miedo a morir.
Así se preparaban para la última batalla el día de Ragnarok, “el crepúsculo de los dioses”, el día del fin del mundo.

Midgard, la tierra de los mortales, y el divino Asgard estaban unidos mediante Bifröst, el puente del arco iris que estaba hecho de fuego para que los gigantes no pudieran atravesarlo.
Los enanos solían habitar entre peñas y riscos, a menudo bajo tierra, en lugares escondidos de Midgard y Utgard.
Aunque hábiles herreros, no se podía confiar plenamente en ellos. 

Los elfos, por el contrario, eran amigos de los dioses y de los hombres. Moraban en Alvheim, lugar que algunos creían localizado en el interior de las murallas de Asgard, y otros, en Midgard. Tan poco sabemos de enanos y elfos. 
Incluso había quien los creía emparentados entre sí y que debieran llamarse “elfos claros” y “elfos oscuros”. 

En cierta época, hubo otra raza de dioses llamados vanes, distinta de los ases, que moraban en Vanaheim. Pero su fortaleza fue destruida, y ningún mortal sabe ya dónde estaba situada. 

Junto a una fuente de Asgard vivían las diosas del hado: las tres Nornas Urd, Verd y Skuld. Las Nornas conocían el destino de todos los seres vivientes y sabían lo que la suerte le depararía a cada uno y a todo lo creado. Se dice que
había también nornas entre los elfos y los enanos. Esa clase de adivina era llamada volve, que significa “portadora de bastón”. 

El bastón era el símbolo de su poder sobrenatural. Cuando entraba en trance, la volve podía ponerse en contacto con el mundo espiritual, y conocía muchos y poderosos hechizos mágicos (galdrer).

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